miércoles, noviembre 22, 2006

La infidelidad: Un “mal” latente



La idea de autonomía y de identidad ha sido muy peleada. Las parejas han apostado por el éxito profesional de cada uno de los cónyuges antes de formar una familia, por las salidas con antiguas amistades conocidas por cada uno de los esposos antes de casarse , por actividades en solitario que justifiquen de alguna forma los ratos de ocio. Si todo esto no va unido a una vida en común en la que la pareja se sienta apoyada, comprendida, valorada, etc.… podemos estar al límite y sembrando las bases para posibles engaños e infidelidades.

La pareja que no comparte compromisos ni actividades en común corre el peligro de desconectarse emocionalmente y de convertirse en simples compañeros de piso, la estimulación está en el exterior en amigos y trabajo y la pareja pasa a un segundo plano. Con este abono puede aparecer un segundo aspirante emocional y quitarnos el puesto fácilmente. La infidelidad no siempre es inconsciente y poco valorada, algunos dicen que se vieron de repente atrapados y que no podían salir. Otras son más meditadas y se realizan conscientemente con lo cual, los mecanismos que subyacen serán más difíciles de superar. El dolor de la persona engañada tendrá menos consuelo si su pareja no se arrepiente de lo que ha hecho o si le abandono por otra persona: aparecen sentimientos de ira, inferioridad, inseguridad, etc.

Si no se produce el abandono y la pareja decide continuar, unidos al dolor del engaño aparecerá desconfianza, basadas en un acontecimiento esporádico. La persona que ha sido infiel y se arrepiente no recibirá del otro ningún consuelo. Por lo cual, aparecerá el desconsuelo, la tristeza, la incomprensión, la soledad… todos ellos son síntomas producidos por una fase de duelo. La pareja ha perdido la confianza de la que disfrutaban hasta ahora y tendrán que llorar esa pérdida. A continuación podrán seguir adelante, una vez que salen todos los sentimientos, la vida continúa.

Buscando culpables

Muchas parejas se entretienen en averiguar quien es el culpable y crean verdaderas batallas para conseguir la verdad suprema, desde luego esto les incapacita para ser objetivos y ver más allá. Uno ha realizado la acción, pero el otro probablemente ayudó con su actitud: abandono de tareas, poco tiempo libre, trabajo 12 horas, salidas que nunca llegan, dificultades de comunicación, desconexión emocional, despreocupación por los problemas del otro.

¿Cómo reaccionar?

Muchos ante una infidelidad reaccionan como se supone que “debe” hacerlo: ira, rabia, abandono, y nueva vida de felicidad inmediata “a rey muerto, rey puesto”. Esto es lo que su círculo le demanda o lo que él cree que se espera de él. Te han engañado, olvídate y haz tu vida.
Este patrón rígido de comportamiento a menudo no coincide con lo que la persona quiere hacer, se deja llevar por una normativa ilógica que él puede saltarse si lo desea. Si tú quieres a tu pareja ¿porqué la abandonas y no luchas por ella?

Lo que se debe hacer

Lo primero eres tú y tus intereses, cada persona hace su vida independientemente de lo que los demás opinen, ¿por qué vas a ser tú el que haga caso a los demás? Tu vida de pareja es tuya y tú eres el que toma las decisiones importantes. Debes elegir lo que quieres hacer. Es normal que al principio surjan dudas sobre un final feliz, recuerda que todo no es un camino de rosas, hay q demostrar día a día q estas dispuesto a cambiar y para eso es necesario trabajo y paciencia. Una interrogante les dejamos planteadas niñas ¿ustedes como reaccionarían o como enfrentarían una situación de infidelidad por parte de su pareja? o al revés si Uds. fueran infieles ¿ le dirían a sus parejas, afrontarían la situación o aplicarían el dicho “ ojos que no ven corazón que no siente”?

Esperando sus comentarios se despide Macarena Vegas y Vanessa Arancibia.

sábado, noviembre 18, 2006

Crisis de Pánico ¿Una enfermedad?




La crisis de pánico hoy es una de los trastornos de ansiedad más recurrentes en
nuestra sociedad.


Una enfermedad real que puede afectar seriamente la vida de la persona que la padece y se manifiesta como episodios bruscos e inesperados, sin causa aparente, de un miedo intenso a perder el control, a que algo horrible nos pueda suceder o incluso hasta morir. Ahora nos cuestionamos para saber acerca de las crisis de pánico lo siguiente:

¿Qué es la Crisis de Pánico?


La Crisis de pánico es también llamada crisis de ansiedad. Este estado se corresponde con la aparición más o menos repentina, muchas veces sin motivo aparente, de una sensación de miedo intenso acompañado de un importante malestar corporal y una serie de síntomas que pueden variar entre diferentes personas. Estos síntomas pueden ser muy similares a los que se experimentan tras un susto o amenaza externa. Es como si esta respuesta corporal se hubiera hecho muy sensible, saltando la señal de alarma de forma automática en situaciones normales y no peligrosas.


¿Por qué ocurre?

Está asociada a la gran exigencia, ya sea en términos académicos, laborales o por un desequilibrio emocional. La crisis o angustia de pánico es una forma de ansiedad patológica y se manifiesta abrupta e inmotivadamente donde se presentan intensos síntomas físicos y emocionales destacándose las molestias cardiorrespiratorias y neurovegetativas, asociadas a sensación de temor y descontrol inminente. Se trata de una experiencia completamente distinta de la ansiedad que conocemos, porque no se trata solamente de una mayor intensidad de los síntomas, sino por la fuerte percepción de que se ha perdido la capacidad de ejercer control sobre sensaciones físicas y emocionales. Este episodio se vive como una amenaza real e inmediata a la supervivencia, es decir, comienza a aparecer la sensación de muerte o a la pérdida de la razón o el control sobre la conducta.


Síntomas

Estas Crisis de Pánico, inesperadas y recidivantes, suelen presentar cuatro o más de los siguientes síntomas:
Miedo intenso a morir o a estar sufriendo un ataque cardíaco o alguna enfermedad física grave que ponga en riesgo la vida
Miedo intenso a volverse loco o a perder el control de si mismo
Palpitaciones (percepción del latido cardíaco) o pulsaciones aceleradas (taquicardia)
Sudoración
Palidez
Temblores o sacudidas musculares
Sensación de ahogo o falta de aire
Opresión en la garganta (sensación de no poder respirar) o en el pecho
Náuseas, vómitos o molestias y dolores abdominales
Inestabilidad, mareos o desmayos
Sensación de irrealidad (sentir al mundo externo como algo extraño)
Sensación de no ser uno mismo (despersonalización)
Hormigueos (parestesias)
Escalofríos o sensación de sufrir frío intenso

¿Tiene solución?

Si, estos sucesos de pánico pueden ser tratados a través de la Psicoterapia, que se define como una Terapia cognitivo-conductual.
Establecer y mantener una confianza terapéutica. Ofertar una disponibilidad por parte de los profesionales ya que en estos pacientes es frecuente el miedo a ser abandonados y las recaídas.
Tranquilizar al paciente. Es muy importante que el paciente tratado comprenda que sus sentimientos de miedo no son peligrosos y además son pasajeros.

¿Qué sucede si no se trata adecuadamente?

Este cuadro clínico puede alterar mucho la vida de las personas, al interferir en sus actividades sociales y laborales fuera del hogar, deteriorando, finalmente, su capacidad para valerse por si mismas.
Si no se trata, la enfermedad tiende a hacerse crónica

Consejos para el autocontrol de una crisis de pánico

Se puede ayudar al paciente a construir una lista de las situaciones que evita y a las que debe atribuir una puntuación según el grado de ansiedad experimentada
Uso de auto-registros de las crisis de angustia, donde escribirá emociones, pensamientos y comportamientos que lleva a cabo. Así pone en evidencia la relación de éstos durante la crisis.
Entrenamiento en manejo de los síntomas, con enseñanza de técnicas de relajación y aprendizaje de ejercicios de respiración para manejar la hiperventilación.

Técnicas de exposición progresiva en imaginación: hacerle imaginar una crisis y que vaya verbalizando todo lo que siente. Se le aconseja que no rechace la ansiedad, debe resistir para acostumbrarse y controlarla. Se prolonga hasta que la ansiedad disminuye en un 50%.
In vivo: se le incita a que acepte de forma gradual las situaciones que evita. Se discuten luego en cada sesión los progresos y dificultades y se lleva un registro de evaluación.
Asegurar el cumplimiento del tratamiento.
Trabajar con los pacientes para conocer los signos precoces de la recaída.
Educar a los miembros de la familia sobre actuación en futuras crisis.

Para concluir este trastorno, que se clasifica dentro de las neurosis, no tiene nada que ver con la locura o psicosis, ni desencadena con el tiempo en un cuadro de este tipo. Es importante recalcar esto, ya que muchos pacientes que sufren este trastorno, o sus familiares, piensan que se están volviendo locos. Lo que sí es frecuente es que las personas afectadas por el Trastorno de Pánico desarrollen cuadros de tipo depresivos, fobias múltiples o abuso de alcohol y drogas si no son tratados a tiempo y adecuadamente.
Es muy importante la relación familiar, ya que con su ayuda y preocupación pueden ayudar a quien padece estas crisis. Aunque en algunos casos dicen cosas como "debes poner de tu parte para sentirte mejor y sobreponerte a tus temores", pero no se dan cuenta que con solo esas palabras agregan un elemento adicional de ansiedad y desesperanza de encontrar mejoría. En estos casos la persona que padece las crisis siente que nadie comprende lo que le sucede.